Los vómitos y las regurgitaciones son dos de los problemas más habituales en bebés. En los recién nacidos, el sistema digestivo aún se encuentra en desarrollo y es por ello por lo que es habitual que padezcan problemas digestivos como las regurgitaciones. Pero, ¿cuál es la diferencia entre vómito y regurgitación en bebés?
A menudo, las mamás y los papás no saben distinguir o no tienen clara la diferencia entre un vómito y una regurgitación, dato que es importante conocer para saber cómo tratar a una y a otra problemática. No es lo mimo vomitar que regurgitar y en este artículo vamos a desvelar las diferencias entre ambos.
Cuál es la diferencia entre un vómito y una regurgitación del bebé
A pesar de que se suelen confundir, es importante aprender a distinguir entre el vómito y la regurgitación en bebés. Tienen sus diferencias, y notables, aunque en un principio no lo parezca.
Mientras que la regurgitación aparece de forma espontánea hacia fuera de la boca del bebé, en ocasiones en forma de eructo, y no es ni molesta ni dolorosa, los vómitos sí que pueden crear una situación violenta, ya que la expulsión de leche será más fuerte que en el caso de la regurgitación. Tanto es así que, a veces, con la regurgitación, nos damos cuenta de que el pequeño ha echado leche cuando ya se ha manchado.
El vómito sucede cuando los músculos abdominales y el diafragma se contraen de forma fuerte mientras el estómago se relaja. Esto provoca que la expulsión de leche vaya acompañada de contenido estomacal y hace que sea una expulsión más violenta y desagradable, tanto para ti como para el bebé. Al vómito, a menudo, lo acompañarán llantos.
Si tu bebé vomita con cierta frecuencia, sería recomendable acudir al pediatra para descartar cualquier tipo de infección, al igual que si tiene regurgitaciones constantes, ya que, aunque no es algo molesto o doloroso para el bebé, tampoco es sano.
Cómo tratar los vómitos en bebés
Además de visitar al pediatra, los vómitos en bebés pueden tratarse con remedios muy sencillos para reducir su frecuencia. Así, te recomendamos seguir estos consejos pero siempre deberás seguir las recomendaciones del pediatra:
- Ofrécele dosis pequeñas de comida o de leche. Si el bebé es un poco más lento de lo habitual en sus comidas, no lo fuerces, él marcará su propio ritmo y deberás respetarlo.
- Revisa la posición en la que el bebé está comiendo. En este sentido, no es recomendable ponerlo acostado, puesto que los vómitos serán más frecuentes e incluso peligrosos al encontrarse el niño tumbado.
- No dejes que el bebé llore para darle la toma. Al dejarlo llorar, el bebé estará más nervioso y excitado, por lo que comerá de una forma mucho más ansiosa y provocará en él un estado de estrés que lo podrá hacer vomitar.
- A la hora de darle la toma, crea un ambiente de relajación absoluta. El bebé debe comer muy tranquilo, por lo que no es recomendable hacerlo con mucha gente o mucho ruido alrededor. Siempre que puedas, hazlo en un entorno calmado. Asimismo, recuerda que el bebé debe eructar tras cada toma.
Puedes consultar más información sobre este asunto en nuestro artículo sobre el porqué de los vómitos del bebé
Cómo tratar las regurgitaciones en bebés
Las regurgitaciones en bebés son algo normal, de manera que todos los bebés las sufren en mayor o menor medida. La mayoría de los bebés deja de regurgitar a partir de los 12 meses, por lo que si las regurgitaciones de tu bebé son puntuales, no tienes de qué preocuparte. Simplemente sigue al pie de la letra los siguientes consejos para evitar el reflujo gástrico en bebés, que son muy parecidos a los consejos para evitar los vómitos a pesar de las diferencias entre vómito y regurgitación:
- No esperes a que el bebé tenga mucha hambre antes de darle de comer.
- Después de la toma, ayuda al bebé a expulsar los gases.
- Haz descansos durante las tomas para que el bebé eructe si es necesario.
- Evita dar grandes cantidades de leche.
- Al terminar la toma, evita mover demasiado al bebé.
- Crear un entorno de calma y tranquilidad a la hora de dar las tomas.
- Evita darle la toma tumbado.
- No lo pongas a dormir sin haber expulsado los gases.
Posibles causas de vómitos y regurgitaciones en bebés
Existen algunos motivos habituales por los que pueden aparecer vómitos y regurgitaciones en bebés, como los siguientes:
- Cambios en la alimentación.
- Mala posición a la hora de comer.
- Problemas digestivos provocados por la leche.
- Exceso de estrés y ansiedad en el bebé.
- Movimiento continuo del bebé después de haber comido.
- No haber expulsado los gases tras la toma.
- Obligar al bebé a comer más.
En nuestro artículo sobre qué es la regurgitación en bebés podrás encontrar más información.
Leches especiales para problemas digestivos
Para evitar las regurgitaciones y los vómitos en bebés, además, existen leches especiales que se encargan de ayudar con los posibles problemas digestivos de un bebé. Por este motivo, son las más adecuadas para este tipo de situaciones. No obstante, debido a que no es lo mismo vomitar que regurgitar y a que siempre es aconsejable conocer la causa del problema, especialmente cuando se trata de vómitos, no olvides visitar al pediatra, tanto para garantizar que el pequeño está bien como para consultar cualquier duda que tengas acerca de los tipos de leche y la alimentación de tu bebé.
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Advertencia importante: la lactancia materna proporciona la mejor nutrición a los bebés. El pediatra es el que mejor te puede asesorar sobe el cuidado y la alimentación de tu hijo, y sobre los alimentos que debes añadir a la dieta conforme va creciendo.
