Ver a un bebé con la barriga hinchada suele llamar mucho la atención, ya que pensamos que puede tener algún tipo de trastorno, pero nada más lejos de la realidad. Un bebé con la barriga hinchada no es nada fuera de lo normal ni es ningún signo negativo. De hecho, es bastante habitual que un bebé tenga la barriga hinchada debido a su corta edad. Hasta los 18 meses es normal observar que el bebé tiene la tripa hinchada, así que no hay nada de lo que preocuparse. Aun así, a pesar de que no sea preocupante, sí que conviene saber a qué se debe este hecho. Por ello, en este artículo te explicaremos por qué tiene tu bebé la barriga hinchada.
¿A qué se debe la barriga hinchada de mi bebé?
A pesar de que no sea un hecho preocupante, ¿a qué se debe la barriga hinchada del bebé? Vamos a verlo con más detenimiento:
- Grasa beneficiosa. La grasa que los bebés acumulan en la zona de la barriga o del cuello, por ejemplo, no explican ningún problema de salud. Esto se denomina como grasa parda y, además de mantener la temperatura corporal de los bebés, ayuda a la producción de energía y evita que los bebés estén débiles cuando están enfermos.
- Ausencia de músculos abdominales. Cuando el bebé nace, aún no tiene desarrollados los músculos abdominales, de ahí que la tripa esté más abultada. Cuando el bebé comience a andar, correr y saltar, fortalecerá esa musculatura y la barriguita irá desapareciendo poco a poco.
- Gases. Los gases son habituales en los niños pequeños y es uno de los motivos por los que el bebé puede tener la barriguita hinchada. Ayúdalo a que expulse todos los gases tras las tomas.
- Estreñimiento. El estreñimiento, que es la acumulación de caca en el intestino del bebé, también puede favorecer esta hinchazón y ser el motivo que explique por qué tu bebé tiene la barriga hinchada. Procura seguir todos los consejos del pediatra para evitar, en la medida de lo posible, esta situación.
Es normal que el bebé tenga la barriga hinchada
Teniendo en cuenta todo esto, no debes preocuparte en exceso por el hecho de que tu bebé tenga la barriguita hinchada. Simplemente deberás seguir cuidándolo como hasta ahora. Eso sí, si ves alguna anomalía en el pequeño, acude al pediatra para una revisión completa.
Cómo lidiar con los gases del bebé
Como hemos adelantado, los gases pueden provocar o acentuar esta hinchazón de la tripa del bebé. Además, son muy molestos para los bebés y pueden causar irritabilidad o malestar, entre otros síntomas. Así que, ¿cómo lidiar con los gases del bebé? Hay que tener en cuenta que el aparato digestivo del bebé aún está en formación, por lo que, aunque aliviemos los gases o el estreñimiento, es posible que no los podamos eliminar del todo hasta pasado un tiempo. Para conocer toda la información al respecto, no te pierdas nuestro artículo sobre el estreñimiento en bebés.
A continuación, vamos a ver cómo evitar la aparición de gases o estreñimiento:
Ayúdale a expulsar los gases después de cada toma
Para lidiar con los gases del bebé es importante que los expulse después de cada toma. Es posible que tu hijo tarde bastante rato en expulsar los gases, pero no lo acuestes sin que lo haya hecho. Si se dejan los gases en su interior, puede crearse una acumulación de gases que no solo le hincharán la tripa, sino que también le resultará muy molesto.
En ocasiones, incluso tendrás que parar de darle de comer para expulsar los gases y seguir después. Tu bebé te indicará cuándo necesita hacerlo.
Aliméntalo en una postura recta
Piensa que, cuanto más tumbado o encogido esté el bebé, más gases puede llegar a acumular. Por este motivo, mantenerlo recto durante la toma es uno de los mejores consejos para expulsar gases en bebés.
Dale masajes en la tripa
Los masajes en la tripa ayudan muchísimo a lidiar con los gases del bebé. Tendrás que darle un pequeño masaje con movimientos circulares y en el sentido de las agujas del reloj. No es necesario presionar durante el masaje, ya que incluso podría molestarle. Es mucho mejor si los movimientos que haces son muy suaves, puesto que, además de aliviar las molestias por gases, es posible que lo calmes y llegue a quedarse dormido.
No esperes a que llore para darle de comer
Es muy importante que no dejes al bebé llorando porque quiere comer. Que un bebé llegue al llanto por hambre no es buena señal. Así que, siempre que muestre síntomas de hambre, incluso antes del llanto, ofrécele su toma. Piensa que si el bebé llega a las tomas muy hambriento, tomará la leche de forma ansiosa, lo que le provocará una gran cantidad de gases en el estómago por haber tragado mucho aire.
Recuerda que si notas algún síntoma extraño o preocupante, lo mejor es que acudas al pediatra de tu bebé para un análisis completo que garantice que la salud del pequeño es la adecuada.
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Advertencia importante: la lactancia materna proporciona la mejor nutrición a los bebés. El pediatra es el que mejor te puede asesorar sobe el cuidado y la alimentación de tu hijo, y sobre los alimentos que debes añadir a la dieta conforme va creciendo.